Punto de inflexión ¿Por qué los pueblos indígenas odian a sus gobiernos?
Desde
la llegada de los españoles a Mesoamérica, seguida de la conquista a
sangre fuego de los pueblos nativos, siendo según estos portadores o
mensajeros de una supuesta “bendición divina” y llenando de cruces un
territorio noble para así terminar sepultando y destruyendo las
civilizaciones existentes, siendo la rapiña el sello de estos invasores
para conseguir una evangelización “santa” y “salvadora” y donde estos
conquistadores ambiciosos llegaron a ocupar los territorios más ricos.
La supuesta “civilización” occidental
sólo trajo destrucción para las culturas existentes, desde entonces las
políticas de exterminio y despojo han sido legitimadas como parte del
ejercicio del poder de los gobernantes.
Esta colonización sólo fue posible con
el sometimiento y explotación que fueron impuestas a la población
Indígena. Los españoles construyeron grandes haciendas y se
transformaron en comerciantes prósperos, basando su riqueza en el
despojo y engaño, usando las Cartas Pontificias del Papa Alejandro VI
como autorización para adueñarse de las tierras, en complicidad con los
Misioneros que tenían una visión racista y pensaban que los indígenas
pertenecían a una raza inferior.
Los conquistadores apelaban al derecho
divino para legalizar el atraco, incautar propiedades y justificar el
exterminio y ya desde aquellos años ser indígena significó ser un humano
sin derechos, destinado a la esclavitud, por lo que el gobierno
colonial debió crear estructuras sociales para mantener el sometimiento
a la población indígena, la supuesta evangelización se había convertido
en esclavitud y explotación.
El Indígena, antes dueño de sus tierras,
fue convertido en esclavo de las mismas, trabajando en las minas y
haciendas españolas para sobrevivir, varias rebeliones indígenas
tuvieron lugar desde entonces.
El reclamo principal era la recuperación de sus tierras, por esa razón miles de Indígenas acudieron al llamado de la Independencia de 1810
y empuñaron las armas para conseguir el derecho de vivir dignamente en
sus comunidades, pero la sangre derramada por estos no fue recompensada
ni por la independencia, ni por la lucha de las Leyes de Reforma de la Constitución de 1857,
donde la demanda del reparto agrario para Indígenas y Campesinos no
fue atendida y por el contrario, se favoreció el despojo y la formación
de los latifundios, pero de nueva cuenta los protagonistas de la Revolución de 1910
fueron los Indígenas y campesinos, estos empuñaron otra vez sus armas y
al grito de “Tierra y Libertad” lucharon al lado de Villa y Zapata,
pero nuevamente su lucha sería en vano, su anhelo de tener tierra
seguiría siendo una promesa, sin embargo la Constitución de 1917
trató de recoger esta demanda histórica, pero los intereses de la clase
más rica que influían en los “triunfadores” de la Revolución se
encargaron de debilitar esta demanda y la traición se oficializó con la
llegada de los Partidos Políticos, al grado de que el Partido dominante
institucionalizó la revolución para lucrar con el poder Presidencial.
Los gobiernos postrevolucionarios
basaron su base social corporativizando a los campesinos e Indígenas y
uno de sus instrumentos de control fue prometer una Reforma Agraria
que resultó un fracaso ya que esta se convirtió en un proceso lento y
burocrático lleno de corrupción por los abogados e ingenieros que
recibieron dinero a cambio de mantener intactas las propiedades de los
grandes hacendados, desde entonces la mayoría de los conflictos agrarios
se han dado por el mal trabajo realizado por los gobiernos
acostumbrados a manipular y tener cautivos a los Indígenas y Campesinos,
por eso se ha vuelto costumbre decir que los conflictos Indígenas
llevan años o siglos como si esto fuera parte de una herencia o
predestinación para justificar su incapacidad de resolver estos
conflictos por la tierra, y la desconfianza se acumuló aún más.
Por otra parte, la contrarreforma al Artículo 27 constitucional, implantada por Carlos Salinas de Gortari
en 1994 ha desencadenado una pulverización de la propiedad colectiva y
privatización de territorios ejidales y comunitarios desde entonces,
trayendo como consecuencia mayor número de conflictos agrarios que por
años vienen arrastrando ciertas comunidades, donde las disputas no sólo
son por límites territoriales sino también por los recursos naturales y
hay un intento por grupos Económicos, Políticos y hasta Delincuenciales
por aprovecharse de estas tierras, alentados por el mismo gobierno que
promueve proyectos y programas destinados a sustraer la riqueza de estas
comunidades, con la mentira de que solo con inversión privada se podrá
terminar el rezago que tienen las comunidades rurales, las autoridades
de los tres niveles de gobierno viven empeñadas en facilitar a los
empresarios extraer la riquezas a cambio de migajas.
Por otro lado, es lamentable la
incapacidad del gobierno para proteger la vida y la seguridad de la
población y ha sido insuficiente el recurso de enviar Policías y
Militares a los puntos de conflicto ya que son acciones pasajeras ante
un problema profundo que necesita una visión integral.
Preocupa que la población de estas
comunidades sólo observe la salida única con actos violentos dentro de
sus mismos pueblos, donde nadie duerme tranquilo ni realizan sus
actividades normales, porque ahora asistir a la escuela o ir a sus
parcelas son actos de alto riesgo, los adultos monitorean los
movimientos de sus comunidades vecinas con las que han roto los lazos de
amistad, los pueblos en conflicto han perdido su tranquilidad y
cotidianidad, los han orillado a tomar acciones extremas para
sobrevivir y las autoridades no dan señales de querer ayudar a arreglar
estas situaciones, por el contrario se notan distantes y apáticas, sin
embargo las autoridades están obligadas a tomar la iniciativa y está a
prueba su compromiso y la capacidad para atender de manera efectiva la
solución de conflictos agrarios y devolver la paz a estos pueblos
heroicos llenos de historias grandes y de luchas ejemplares que tanta
grandeza le han dado a nuestro México lindo y qué… herido, y que por
años han sido utilizados como carne de cañón y acarreados de campañas
políticas, esperemos ver en un futuro esta disposición se manifieste y
no solo sean promesas de campaña, ojala y lo veamos algún día, tal vez y
solo tal vez el México rural viva en paz. Ya veremos, dijo un ciego…
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